sábado, 30 de marzo de 2013

Reporte Colectivo del Capitulo VII de Psicologia de las Minorias Activas de Serge Moscovici


NORMAS SOCIALES E INFLUENCIA SOCIAL

Quinta proposición: el proceso de influencia está determinado por las normas de objetividad, las normas de preferencia y las normas de originalidad.

El consenso tiene dos funciones psicosociológicas. Estas funciones son, para la persona que emite opiniones y juicios, por una parte, ratificar estas opiniones y estos juicios y por otra parte reafirmar su propia identidad. No hay duda de que socialmente es importante ser exactos situarse del lado de la exactitud objetiva. Pero es igualmente importante tener razón. Las normas sociales son las que determinan la función que domina y, por tanto, modela las interacciones sociales y los intercambios de influencia. Las normas sociales son:

·         *La norma de objetividad que se refiere a la necesidad de contrastar opiniones  y juicios según el criterio de la exactitud objetiva, de forma que se puedan tomar decisiones en función de la posibilidad de que sean universalmente aceptadas.
·         *La norma de preferencia supone la existencia de opiniones más o menos deseables que reflejan diferentes gustos, considera el consenso como resultado de una serie de comparaciones entre tales opiniones.
·         *La norma de originalidad que selecciona los juicios y opiniones en función del grado de novedad que representan.

La norma de objetividad otorga prioridad a la función de ratificación del consenso, mientras que en el otro la norma de preferencia da prioridad a la función de autovaloración, que deja un margen a las variaciones y a las opciones individuales. A medio camino entre ambos, la norma de originalidad exige el respeto de la exactitud objetiva y facilita a la vez la autovaloración, ya que a la posibilidad menos común se presta la mayor consideración.La norma de objetividad implica sin duda una presión hacia la conformidad ya que, no puede haber más que una respuesta exacta y todas las respuestas desviantes son necesariamente falsas. Las desviaciones son intolerables y deben ser reabsorbidas para que el acuerdo se produzca.

La norma de preferencia presupone, en el límite, la ausencia de presión y una tendencia de la opinión individual a ser única, admitiendo evidentemente que se permita a todos responder. El juicio se expresa en función de escalas de valor individual, personal. La norma de objetividad exige que en el curso de la interacción social cada cual piense y se comporte en función de la realidad publica, esa realidad que está abierta a la observación de todos, que  es la misma para todos y que entienden fácilmente todos los que tienen ojos para ver y oídos para escuchar.La norma de preferencia, en cambio, organiza todos los intercambios alrededor de las realidades privadas de los individuos y de los grupos, las divergencias en este terreno aparecen como divergencias de opiniones y de gusto. 

La norma de originalidad combina la realidad pública y la realidad privada. Presupone la existencia de una realidad privada en un individuo o un grupo, o exige que se cree una. La innovación en general apela a una norma diferente: la norma de originalidad.
Una experiencia es la de Crutchfield. La presión hacia la conformidad es habitualmente muy fuerte, la norma de originalidad encuentra muchos obstáculos que debe superar antes de poder crear una presión hacia la diferenciación. Cuando el grupo ha reconocido el criterio de la novedad, la consistencia del comportamiento exigida en la respuesta no es tan grande como la que exigirá si prevaleciera la norma de la objetividad. 

La norma exige una respuesta original por parte de cada individuo, una minoría en situación que reclama originalidad es desviante, su comportamiento se conforma no obstante a la norma en vigor. Una experiencia es la de Moscovici y Lage y la de Lemaine (1966). Ya que el contexto normativo determina el comportamiento de los individuos y los grupos. El control social requiere una norma de objetividad que insista en la validez de las opiniones y los juicios, mientras el interés se centre en la conformidad, no se plantea el problema de las normas diferentes. Los psicólogos sociales han considerado de hecho los procesos de influencia como si las normas no existieran o tuvieran poca importancia.

Las normas mismas desempeñan un papel en el curso de estos procesos, determinando la naturaleza del consenso fijado como objetivo y las funciones que cumple de validación y de valorización del individuo.

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