NORMAS
SOCIALES E INFLUENCIA SOCIAL
Quinta proposición: el proceso de influencia está determinado por las normas de
objetividad, las normas de preferencia y las normas de originalidad.
El consenso tiene dos funciones psicosociológicas.
Estas funciones son, para la persona que emite opiniones y juicios, por una
parte, ratificar estas opiniones y estos juicios y por otra parte reafirmar su
propia identidad. No hay duda de que socialmente es importante ser exactos
situarse del lado de la exactitud objetiva. Pero es igualmente importante tener
razón. Las normas sociales son las que determinan la función que domina y, por
tanto, modela las interacciones sociales y los intercambios de influencia. Las
normas sociales son:
· *La
norma de objetividad que se refiere a la necesidad de contrastar
opiniones y juicios según el criterio de la exactitud objetiva, de
forma que se puedan tomar decisiones en función de la posibilidad de que sean
universalmente aceptadas.
· *La
norma de preferencia supone la existencia de opiniones más o menos deseables
que reflejan diferentes gustos, considera el consenso como resultado de una
serie de comparaciones entre tales opiniones.
· *La
norma de originalidad que selecciona los juicios y opiniones en función del
grado de novedad que representan.
La norma de objetividad otorga prioridad a la
función de ratificación del consenso, mientras que en el otro la norma de
preferencia da prioridad a la función de autovaloración, que deja un margen a
las variaciones y a las opciones individuales. A medio camino entre ambos, la
norma de originalidad exige el respeto de la exactitud objetiva y facilita a la
vez la autovaloración, ya que a la posibilidad menos común se presta la mayor
consideración.La norma de objetividad implica sin duda una
presión hacia la conformidad ya que, no puede haber más que una respuesta
exacta y todas las respuestas desviantes son necesariamente falsas. Las
desviaciones son intolerables y deben ser reabsorbidas para que el acuerdo se
produzca.
La norma de preferencia presupone, en el límite, la ausencia de
presión y una tendencia de la opinión individual a ser única, admitiendo
evidentemente que se permita a todos responder. El juicio se expresa en función
de escalas de valor individual, personal. La norma de objetividad exige que en
el curso de la interacción social cada cual piense y se comporte en función de
la realidad publica, esa realidad que está abierta a la observación de todos,
que es la misma para todos y que entienden fácilmente todos los que
tienen ojos para ver y oídos para escuchar.La norma de preferencia, en cambio, organiza todos
los intercambios alrededor de las realidades privadas de los individuos y de
los grupos, las divergencias en este terreno aparecen como divergencias de
opiniones y de gusto.
La norma de originalidad combina la realidad pública y la
realidad privada. Presupone la existencia de una realidad privada en un
individuo o un grupo, o exige que se cree una. La innovación en general apela a
una norma diferente: la norma de originalidad.
Una experiencia es la de Crutchfield. La presión
hacia la conformidad es habitualmente muy fuerte, la norma de originalidad
encuentra muchos obstáculos que debe superar antes de poder crear una presión
hacia la diferenciación. Cuando el grupo ha reconocido el criterio de la
novedad, la consistencia del comportamiento exigida en la respuesta no es tan
grande como la que exigirá si prevaleciera la norma de la objetividad.
La norma
exige una respuesta original por parte de cada individuo, una minoría en
situación que reclama originalidad es desviante, su comportamiento se conforma
no obstante a la norma en vigor. Una experiencia es la de Moscovici y Lage y la
de Lemaine (1966). Ya que el contexto normativo determina el comportamiento de
los individuos y los grupos. El control social requiere una norma de
objetividad que insista en la validez de las opiniones y los juicios, mientras
el interés se centre en la conformidad, no se plantea el problema de las normas
diferentes. Los psicólogos sociales han considerado de hecho los procesos de
influencia como si las normas no existieran o tuvieran poca importancia.
Las normas mismas desempeñan un papel en el curso
de estos procesos, determinando la naturaleza del consenso fijado como objetivo
y las funciones que cumple de validación y de valorización del individuo.
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