INTRODUCCIÓN:
POR SILVERIO BARRIGA
Laboratorio de Psicosociología Experimental
Universidad Autónoma de Barcelona
Una Psicología
Social comprometida al contexto social en que se vive inmerso el investigador
Moscovici. Distanciarse de los modelos clásicos importados de USA, a fin de
conseguir un mejor estudio de los procesos psicosociales. Un modelo “funcionalista”
que se ha preocupado por estudiar la conformidad social, la
desindividualización, el control social en un sistema social supuestamente
óptimo, estable. La influencia sólo aparece como influjo de las relaciones de
poder habidas en otro campo.
Moscovici
propone un modelo “genético” o interaccionista, la estabilidad del sistema es
sólo un momento dentro de un proceso de cambio social, dentro de este modelo el
estudio de la influencia social aparece como tema central cuando se requiere
analizar la interacción creativa de las minorías. lejos de actuar como grupos
marginados, se constituyen en innovadoras, afirmándose como alternativas que
defiende otra norma y otro sistema social.
El poder
implica imposición desde fuera, uso del control exterior en una situación de
desigual reparto de recursos. Mientras que la influencia emplea medios de tipo
ideológico, psíquico, consiguiendo un control interior, actuando desde dentro y
sin suponer desigualdad de recursos entre las partes.
Las relaciones
entre poder e influencia son dinámicas y a, veces, inversamente proporcionales.
Hay situaciones con mucho poder y poca influencia y situaciones con mucha
influencia y poco poder.
INTRODUCCIÓN: POR SERGE MOSCOVICI
El siguiente
fenómeno que no es muy familiar: la facilidad con que se manipulan y se dirigen
las ideas, el lenguaje y el comportamiento de un individuo o de un grupo; la
presteza con que la gente se adhiere, como en estado de hipnosis a ideas que
poco antes le eran totalmente ajenas.
La lucha entre
las fuerzas conformistas y las fuerzas innovadoras no pierden jamás su
atractivo y resulta decisivo para unas y otras.
El juego de
estas fuerzas pueden explicarse por causas económicas, históricas y sociales, y
se han dado aclaraciones. Tales explicaciones forman parte de los tópicos de
nuestra cultura,, sin embrago, después de haber reducido la innovación y la
conformidad a esas causas rutinarias, la fascinación y la extrañeza siguen.
En nuestra
sociedad, en la que abundan ideologías, comunicaciones de masa y procesos de
orden simbólico, el fenómeno de la influencia es más penetrante y más decisivo
que el poder de que tanto se habla.
Durante mucho
tiempo se ha catalogado a un gran número de individuos en categorías
desviantes, se les ha tratado como objetos, peor aún ,como residuos de la
sociedad normal, hace poco tiempo estas categorías se transmutan en minorías activas, crean movimientos
colectivos o participan en su creación: ciertos grupos que eran definidos y se
definían a si mismos, generalmente en términos negativos y patológicos frente
al código social dominante, se han convertido en grupos que poseen su propio
código y ,además, lo proponen a los demás a título de modelo o de solución de
recambio. No debemos catalogarlos a tales grupos entre los objetos, sino entre
los sujetos sociales.
La desviación
representa el fracaso en la inserción dentro del sistema, una carencia de
recursos o de información en lo concerniente al medio social. La normalidad por
su parte, represéntenla un estado de adaptación al sistema.
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